Siempre estaba sentado en el borde de la cama esperando la respuesta a cada llamada pero la cuarta vez, cuando entró, le estaba esperando en el baño quitándose la camisa mojada dejándola caer al suelo junto a los pantalones. Manu era delgado y velludo y su silueta iluminada por la luz fluorescente constrastaba con los azulejos blancos, y en la fina cara sus ojos inmensos protagonizaban una mirada inquietante, mezcla de miedo y dulzura. En cualquier otra circunstancia, el auxiliar habría dejado la ropa limpia sobre la cama obviando aquella desnudez extemporánea, sin embargo esperó a que se secara el cuerpo sudoroso y se colocara primero la camisa y después el pantalón, permaneciendo unido a aquellos ojos grandes todo el tiempo, que parecía paralizado. Manu agradeció la ayuda educadamente con una sonrisa y salió del baño cuando el aturdido sanitario atinó a retirarse.
El ronco timbre volvió a sonar al rato, pero esta vez acudía con varios pijamas en las manos.
- Manu, te he traído varios pijamas para que te puedas cambiar cuando quieras, sin esperar, ¿vale?-, dijo, tratando deliberadamente de parecer perezoso.
- Claro, es mejor -, respondió, convencido de haber recibido aquella noche algo más que atención profesional.
8 comentarios:
Kisses
To you,too.
Es que no sabia que decir. ¿Cagarme en el hijo de la Gran Bretaña? ¿En el efermero? La que se va armar el día que se descubra el origen real de la "enfermedad".
Kisses
Bueno, espero que no hayas entendido que yo soy el desafortunado protagonista de esta historia, pero por si acaso, aclaro que mi papel aquí es el secundario. Besote.
Entonces ¿¿¿ eres tú también enfermero???...
bss... XiM
pozí
¡ Que buena gente eres ! muaka de buenos días...
XiM
Profesión difícil donde las haya.
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