
Segundos de vestuario. Llegamos con ropa deportiva y nos separan unos centímetros de aire. Casi puedo percibir tu calor mientras nos desnudamos y nos dedicamos una sonrisa, de cortesía la tuya y de pudor la mía.
Minutos de nado libre. Flotamos con speedos y nos separan unos centímetros de agua cuando se cruzan nuestros cuerpos compartiendo la misma calle. Casi no consigo coordinar la respiración mientras observo tan cercano tu majestuoso paso subacuático.
Minutos de relajación. Nos aclaramos la espuma y nos separan unos centímetros de vapor que emana de las duchas. Casi no puedo contener una mirada delatora y una caricia rendida, pero finalmente la contengo.
Horas de insomnio. Nos tendemos con pijamas y nos separan centenares de metros, quizá kilómetros, pero nada comparado con este abismo que en cada momento me aleja de ti.