Era solo un niño y quería ser invisible. Así podría colarme en tu baño sin que lo supieras y ver tu cuerpo desnudo, incluso poder tocarlo sin que supieras qué era ese roce extraño en tu piel, deslizarme entre tus sábanas mientras durmieras y compartir tu sueño, tus sueños. Tantas veces quise ser invisible que, al final, lo conseguí. Nadie ve ya en mí quien soy. Tampoco tú.
6 comentarios:
Ya quisiera yo volverme invisible (pero no físicamente, sólo visualmente) para poder colarme entre las sabanas y poder colarme por ese agujerito que yo me sé, te iba a poner fino y con ganas, je, je, je... besotes invisibles
Algunos desarrollan con el tiempo la suficiente madurez como para percibir lo que es importante en las personas que es invisible a los ojos y no creo equivocarme al pensar que tú posees esa facultad.
Bsote
Por cierto...el que no lo vea es que es tonto.
Xim, ay, ese mare nostrum que nos separa :-).
Un beso.
Alforte,aunque creo que me sobrestimas me encanta que me des estos subidones. Un besote.
Ser invisible también era mi sueño infantil. Por lo que cuentas tan bien y por otras cosas:
unoylosdemas.blogspot.com.es/2010/08/el-hombre-invisible.html
Un abrazo
Uno, menuda memoria que tienes. Muchas gracias. Un besote.
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