28 de diciembre de 2011

28D

Él conoció al amor de su vida, pero era mujer. Ella conoció al amor de su vida, pero era gay. Aquella inocentada de Cupido podría haber terminado con un "usted perdone, me equivoqué de puerta". Es lo que pensaban, cada día, mientras peinaban sus primeras canas en el mismo espejo del baño.