La extraña pareja viajaba cómodamente en su coche. Lucían canas y tinte respectivamente y estrenaban la sensación de no tener que ir a trabajar más. Nadie diría de ellos que eran una extraña pareja, si acaso modélica, cómo llamarlos si no después de cuarenta años juntos. Dentro de cada uno, pero no demasiado lejos, reposaban las cenizas de incendios pasados apagados con tantas lágrimas secas de ambos donde, si rebuscaban bien, siempre se quemaban los dedos con ascuas rebeldes.
En pocos minutos cruzaban la frontera, la geográfica, como tantas veces, para qué ir más lejos, era tan estimulante encontrar otra lengua, otra gastronomía, otra vida tan solo a media hora de camino. Pasear, comprar, comerse alguna cataplana y, a la vuelta, traerse atún recién pescado de algún pueblecito de la costa, como tantas veces.
La radio, a la vuelta, sonaba para nadie. Él, imaginando cuentos para su blog y ella, quién sabe en qué onda podría estar. Y ambos, de vez en cuando, rebuscando entre las cenizas a ver si , por fin, se hubieran apagado aquellas ascuas tan rebeldes.
15 comentarios:
Parece que estaban esperando la muerte...
Para mi que la jubilación mas que unir, separa. Hasta asesinatos provoca.
Estupensa historia. Un abrazo
Stultifer, más o menos como todos, pero a esas edades ya se sabe...quedan menos telediarios.
Uno, ya te contaré si es que llego :-)
Besos.
Os he visto cruzando el estupendo puente que hay en la frontera. Sabes, sé que no pones musiquilla a tus post pero a éste le viene que ni pintao el "Dull flame of desire" de Björk y Antony Hegarty.
Un abrazo.
Arguifonte, a veces sí que pongo videos y es verdad que tiene un título muy sugerente este de Björk.
Besos.
pues si están jubilados y el estado se ocupa de su manutención lo que tienen que hacer es soltar esos cabos que se tienden y amarras que se aprietan durante la convivencia y despedirse cariñosamente. Soltar esa barca y partir solos para intenar extraer lo que puedan de pasión de la vida. Y seguro que se aman maś que nunca
me he olvidado de decir que esa cataplana tiene una pinta estupenda. Vaya con el tamaño de esas almejas.Son como las de mi Galicia querida. ¿A la marinera? Lo del atún también promete.
Entonces yo tendría claro donde me iría
un abrazo
SRO, sí, sería un buen final de novela para dos protagonistas. La cosa se complica para personajes secundarios...
Las almejas en el Algarve las ponen de muchas formas, siempre es una sorpresa cuando se abre la cataplana :-)
Besos.
¿Un futurible con sabor a desolación y ...almejas? Qué bueno y qué bien contado. Y qué hambre.
FreshTuna Kisses
Al menos el estómago les sigue manteniendo unidos, y quien sabe si algun día una cataplana trae en su sorpresa una brigada de bomberos.
Un beso (rico, rico)
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