Era solo un niño y quería ser invisible. Así podría colarme en tu baño sin que lo supieras y ver tu cuerpo desnudo, incluso poder tocarlo sin que supieras qué era ese roce extraño en tu piel, deslizarme entre tus sábanas mientras durmieras y compartir tu sueño, tus sueños. Tantas veces quise ser invisible que, al final, lo conseguí. Nadie ve ya en mí quien soy. Tampoco tú.