28 de diciembre de 2011

28D

Él conoció al amor de su vida, pero era mujer. Ella conoció al amor de su vida, pero era gay. Aquella inocentada de Cupido podría haber terminado con un "usted perdone, me equivoqué de puerta". Es lo que pensaban, cada día, mientras peinaban sus primeras canas en el mismo espejo del baño.

26 de diciembre de 2011

Quién no es Alice


Hablo, leo, oigo, amo, odio, río, lloro, busco, pierdo, gano, miro, veo, siento, celebro, lamento. Y nada es real. ¿Habré cruzado al otro lado del espejo?



23 de diciembre de 2011

Tardes

Paso las tardes...eso, paso las tardes.
Y las noches, también las paso. Igual, las pasó sin más.
El windows está enfrente, la realidad detrás. La verdad, dentro.
El Fender entona las tardes y Diógenes las humaniza.
Suelo olvidar a quienes me los regalaron, aunque siempre estén ahí, soy así.
Me hago viejo, si no cómo podría haber escrito este extravagante y monótono villancico mientras escucho los Grandes Éxitos de Simon y Garfunkel.
Con razón paso las tardes...eso, que paso las tardes.


"Hello darkness, my old friend..."



16 de diciembre de 2011

Dos por uno

Un par de meses de messenger -joder, qué antiguo suena ya- y se produjo un encuentro en su casa. Tras unos escarceos pronunció, indolente, una frase.

- Si quieres, podemos hacer el amor- dijo, fulminando mi libido.

No pude más que cerrar la cremallera del pantalón y huir de aquella cita, que fue, no obstante, doble. La primera y la última.

8 de diciembre de 2011

Pongamos que hablo de Madrid

Unas horas ferroviarias, alguna más de las previstas.

Tres bellezas: un espectáculo musical, quizás más espectáculo que musical, una casa museo, tan casa como museo y un atleta medio desnudo, como si no estuviéramos en diciembre, que pasa raudo casi rozándome.

Del arte pude recrearme, disfrutar, deleitarme, retozar. De aquel magnífico cuerpo, que cortaba soberbio el frío aire de aquella soleada mañana de domingo, tan solo pude lamentarme. De volver a ser quién se espera que sea. Y no correr tras él, a la aventura.


De vuelta, otras horas de alta velocidad.

De aquel fin de semana, aparte de volátiles recuerdos, un catarro memorable.